Cada 9 de noviembre, el mundo se une para celebrar el Día de la Adopción. Esta fecha nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre el increíble proceso qué es la adopción. A través de la adopción, las familias se forman de maneras diversas, sin importar la sangre, el ADN o las fronteras.
La adopción es un regalo tanto para los padres como para los niños. Para los padres adoptivos, representa un compromiso inquebrantable de brindar amor, cuidado, recursos y apoyo a un niño que necesita un hogar seguro. Para los niños adoptados, es la oportunidad de crecer en un entorno de armonía, respeto y amor, donde se les da la posibilidad de desarrollarse y alcanzar su máximo potencial.
El día de la Adopción es un recordatorio de que la familia va más allá de la biología, es un lazo de amor y respeto que se construye a lo largo del tiempo. Sabemos que este camino puede presentar desafíos, pero vuestro compromiso y determinación para superarlos son admirables. Teniendo una formación adecuada para poder estar preparados ante las posibles adversidades, la adopción ayuda a reparar la identidad del menor, el vínculo del apego, el desarrollo y su historia de vida.
En este día, también debemos recordar a las personas que trabajan en el sistema de adopción: psicólogos, abogados, representantes del país de origen, la Administración y todas las personas dedicadas a hacer posible que los niños encuentren un hogar. Su labor es esencial para garantizar que cada niño tenga la oportunidad de crecer en un ambiente seguro con unos padres que le acompañen en su adaptación y vida. Haciendo un acompañamiento en todo el proceso, incluso cuando las familias ya estáis en casa con vuestro hijo.